PROBLEMAS VISUALES INFANTILES. PARTE II: 6-14 AÑOS

Nen ulls blaus

En esta segunda parte del artículo, me centraré en los problemas visuales más frecuentes en niños en edad escolar.

Empezaré explicando por qué es tan importante realizar una evaluación visual antes de que nuestro hijo o hija empiece la educación primaria (6 años) y qué tipo de evaluación visual debemos realizar para detectar cualquier dificultad que pueda presentar en el ámbito visual.

Por último, haré un recorrido sobre cuáles son los problemas visuales más frecuentes en estas edades, los síntomas más comunes de cada disfunción y las herramientas para solucionarlos.

¿Por qué es importante evaluar la visión antes de 6 años? ¿Qué tipo de evaluación debemos hacer?

Los problemas visuales en edad escolar son muy distintos a los preescolares, porque a partir de los 6 años tendrán unas exigencias visuales en el terreno escolar distintas a las de preescolar. A partir de los 6 años el niño debe haber desarrollado casi por completo todas las habilidades visuales, ya que, de lo contrario, pueden provocar dificultades en sus tareas cotidianas e interferir en su aprendizaje (vision y aprendizaje).

Como sabemos, la visión no es sólo ver el 100%, sino mucho más. La visión nos permite dar significado, comprender lo que vemos y hace que nuestro cerebro y ojos estén interrelacionados. Por tanto, una evaluación completa de la visión en niños en edad escolar debe comprender las siguientes habilidades:

En otras palabras, debemos saber no sólo cómo entra la información visual, sino también cómo la procesa y da respuesta a esta información para saber dónde puede estar el problema. Si sólo se evalúa la agudeza visual y la graduación del niño, se pueden pasar por alto muchos problemas que pueden acarrear consecuencias importantes en su aprendizaje y en su vida.

¿Cuáles son los problemas visuales infantiles más frecuentes entre 6-14 años?

A continuación detallaremos los problemas visuales más comunes en niños y niñas a partir de los 6 años, los síntomas más comunes y las principales herramientas para su tratamiento optométrico.

Errores refractivos

Son la causa principal de disminución de la agudeza visual en la edad escolar. Principalmente la miopía y el astigmatismo. La prevalencia de los errores de refracción en niños de 5 a 15 años varía sustancialmente entre regiones geográficas, localizaciones urbanas o rurales, y distintos grupos étnicos. Por lo general, la prevalencia de la hipermetropía disminuye con la edad, mientras que el astigmatismo permanece estable y la miopía aumenta con la edad (lo que no puede perder de vista el pediatra o la pediatra en la vista de los niños y niñas).

En cuanto a la miopía, que es el error refractivo de mayor prevalencia en estas edades, existen estudios que sugieren que el uso excesivo de dispositivos digitales o la escasez de actividades al aire libre aumentan las posibilidades de generar miopía o que esta miopía progrese (prevalencia y factores asociados a miopía en jóvenes).

Síntomas y tratamiento

Los problemas de graduación afectan directamente a la agudeza visual de lejos y/o de cerca y, a pesar de ser los más comunes, son los más fáciles de detectar y solucionar, ya que el niño referirá visión borrosa de lejos (miopía o astigmatismo) y/o de cerca (hipermetropía o astigmatismo), y con la prescripción en gafa o lentes de contacto el problema quedará resuelto.

Figura 1. Simulación de borrosidad con y sin lentes en defectos refractivos. (Imagen Ver para Crecer)

Problemas de acomodación o enfoque

Tras los problemas refractivos, y junto a los de coordinación entre ambos ojos, son de los más frecuentes en edad escolar y, en gran parte, se deben a los cambios de hábitos en la población infantil desde el inicio de la era digital .

Evolutivamente, nuestro sistema visual está diseñado para que el 80% del tiempo nuestro enfoque esté relajado enfocando a distancias lejanas (nuestros antepasados eran cazadores y necesitaban buena visión lejana), sin embargo, con la irrupción de la tecnología y la era digital, desafortunadamente, los niños y niñas pasan actualmente más tiempo en casa con dispositivos digitales y han reducido notablemente las actividades al aire libre y el uso de la visión lejana.

En el terreno visual, esto se traduce en que el sistema visual todavía inmaduro del niño se habitúa a estar enfocado a distancias cercanas que le conduce a una situación de estrés e impiden que el sistema de enfoque desarrolle la habilidad de enfocarse de cerca y relajar el enfoque de lejos con facilidad. Esto comporta problemas

de enfoque como la insuficiencia, exceso o inflexibilidad acomodativa e, incluso, como muchos estudios así confirman, al establecimiento o progresión de miopía (prevalencia y factores asociados a miopía en jóvenes).

Síntomas y tratamiento

Como consecuencia de todo esto, algunos de los síntomas que pueden referirse a los niños con problemas de enfoque son:

  • Visión borrosa de lejos y/o de cerca
  • Fatiga visual después de tareas visuales prolongadas
  • Abandono de tareas visuales cercanas
  • Parpadeo frecuente, lagrimeo o sensación de incomodidad ante tareas visuales
  • Dolores de cabeza después de tareas visuales prolongadas

Por ello, sólo si se realiza un examen de todas las habilidades visuales será posible detectar este tipo de problemas y diferenciar, por ejemplo, entre una miopía real o secundaria a un problema de enfoque.

Sin embargo, además de detectarlos, el optometrista comportamental podrá proponer el tratamiento adecuado. En el caso de problemas de enfoque, algunas de las herramientas optométricas para solucionar los síntomas son:

  • Terapia visual: es el tratamiento principal y va encaminado a conseguir que el niño o niña sea consciente de la sensación de enfoque y relajación para que sea capaz de controlar en todo momento su sistema acomodativo.
  • Lentes de rendimiento: suelen ser lentes positivas o prismas, cuyo objetivo es relajar el sistema visual reduciendo el estrés y consiguiendo un rendimiento más eficaz.
Figura 2. Fatiga visual (Imagen Ver para Crecer)

Problemas de coordinación entre ambos ojos

Son casi igual de frecuentes en la infancia que los problemas de enfoque (disfunciones no estrábicas de la visión binocular entre 5 y 19 años). Esto se debe a que nuestro sistema de enfoque y de convergencia están íntimamente relacionados.

Cuando queremos ver algún objeto cercano, enfocamos y convergemos (nuestros ojos se juntan para apuntar al mismo punto) y, cuando miramos algo lejano, nuestro enfoque se relaja y nuestros ojos divergen (se separan). Por este motivo, en muchas ocasiones, un problema de enfoque conlleva un problema de coordinación entre ambos ojos y viceversa.

Los problemas de coordinación entre los dos ojos se diferencian en dos tipos: estrábicos y no estrábicos.

Los estrabismos son la desviación manifiesta de uno de los ejes visuales y no hablaremos de ello en este apartado porque suelen darse principalmente antes de los 6 años y son una de las principales causas de ambliopía, como indicamos en la parte I de este artículo.

En este apartado nos centraremos en los problemas no estrábicos, es decir, problemas en la coordinación entre ambos ojos, sin que uno de los ojos se desvíe de forma manifiesta.

Estos problemas no estrábicos a priori pueden parecer menos graves, pero los síntomas que presentan estos niños y niñas son mayores que en los estrabismos, ya que el cerebro estrábico realiza adaptaciones sensoriales para eliminar síntomas, pero en los problemas no estrábicos, el cerebro del niño quiere utilizar ambos ojos y al tener dificultad para coordinarlos, aparecen síntomas muy molestos.

La disfunción no estrábica más frecuente es la insuficiencia de convergencia, que consiste en la dificultad para obtener o mantener una convergencia adecuada sin esfuerzo, que ocasiona una gran sintomatología y astenopía en el o la paciente, dificultando su rendimiento y calidad de vida. La prevalencia de insuficiencia de convergencia está entre el 4 y el 6%.

Síntomas y tratamiento

Algunos de los síntomas más frecuentes en niños con problemas en la coordinación entre ambos ojos son:

  • Guiña un ojo o se lo tapa con frecuencia.
  • Presenta fatiga visual después de tareas visuales prolongadas.
  • Siente que las letras “se mueven”, “se juntan” o “flotan” al leer.
  • Tiene doble visión.
  • Desvía un ojo a veces, sobre todo cuando está cansado o cansada.
  • Se cansa con facilidad haciendo tareas cercanas y/o abandona la tarea.

Al igual que con los problemas de enfoque, el tratamiento principal en estos casos es la terapia visual (aunque existen más herramientas como las lentes de rendimiento para aliviar los síntomas) y sólo con una evaluación completa de todas las habilidades visuales será posible detectar y tratar estos problemas.

Figura 3. Sensación de que las letras «se mueven» o «se mezclan» en el texto (Imagen Ver para Crecer)

Problemas de movimentos oculares

Unos movimientos oculares precisos y de buena calidad son fundamentales para cambiar la mirada del libro en la pizarra, para no perderse leyendo y tener un rendimiento eficaces en ciertos deportes. Hay tres tipos de movimientos oculares: fijaciones (capacidad de mantener la fijación estable en nuestro objetivo), seguimientos (capacidad de seguir suavemente un objeto móvil) y sacádicos (capacidad de cambiar la fijación de un punto a otro de forma rápida y eficaz).

Está demostrado que los niños con movimientos oculares imprecisos y de mala calidad presentan más problemas de lectura, que afectan tanto a la velocidad como a la comprensión lectora (relación entre movimientos oculares y lectura).

Además, otros estudios también demuestran que en los niños con problemas de atención, como en el caso de TDAH, los movimientos oculares son más imprecisos y de peor calidad (atención y sacádico). Por tanto, son de vital importancia unos movimientos oculares óptimos, ya que favorecerán el aprendizaje del niño. Síntomas y tratamiento

Los síntomas más comunes que refieren los niños y niñas con problemas de oculomotricidad son:

  • Usa el dedo con frecuencia para leer.
  • Se salta letras, palabras pequeñas o líneas leyendo.
  • Mueve la cabeza de lado a lado de la página al leer.
  • No le gustan los deportes de pilota o no tiene traza.

En estos casos, el principal tratamiento será un programa de terapia visual personalizada, encaminada a conseguir que el o la paciente gane control y eficacia en sus movimientos oculares, trabajando habilidades básicas como la conciencia periférica y la integración centro-periferia, que, en en otras palabras, es la habilidad de procesar simultáneamente la información central y periférica.

El buen procesamiento de la información periférica es el que guiará a nuestros ojos a moverse de manera eficaz hacia el siguiente punto donde queremos dirigir nuestra atención. Y esta habilidad, en muchos niños, está disminuida.

Figura 4. Niño utilizando el dedo para leer por imprecisión de sus movimientos oculares. (Imagen Ver para Crecer)

Problemas de procesamiento de la información visual

Como hemos dicho en numerosas ocasiones, la visión no es sólo ver un 100%. Perder que nuestra visión es óptima, primero debemos ser capaces de recibir la información visual de forma nítida y cómoda (a través de habilidades de eficacia visual), pero, posteriormente, debemos procesarla de forma correcta para saberlo le dar respuesta. Esto se logra gracias a las habilidades de procesamiento de la información visual.

Estas habilidades pueden subdividirse en cuatro sistemas: sistema visuoespacial, sistema de análisis visual, sistema de la integración visuomotora y sistema de integración visuoauditiva. Estos sistemas son de vital importancia, junto con las habilidades de eficacia para una lectura y escritura cómoda y eficaz, y, por tanto, para que el niño o niña tenga las herramientas visuales necesarias para un aprendizaje óptimo. (Influencia del sistema visual en el aprendizaje del proceso de lectura.)

El sistema visuoespacial se basa en determinar la relación existente entre forma y objeto, y dónde están las cosas respecto de mí. Por tanto, en este sistema se evalúa primeramente el desarrollo motor del niño y el correcto esquema corporal para saber si el niño o niña sabe situarse en el espacio y situar sus partes del cuerpo. Si no es capaz de ubicarse en el espacio, difícilmente será capaz de ubicar el resto de los objetos respecto a él.

Pero también este sistema contiene habilidades de direccionalidad y lateralidad: una persona con dificultad en estas funciones puede confundir hacia adelante, hacia abajo, derecha-izquierda y no ubicar correctamente objetos en el espacio. Esto podría comportar una organización inadecuada de la información en un escrito, confundiendo direcciones de letras (confusiones b-d o p-q) y organización en el espacio del papel (escritura con efecto espejo).

Figura 5. Escritura en efecto espejo (Imagen Ver para Crecer)

El sistema de análisis visual contiene varias áreas que son necesarias para reconocer formas, tamaños, objetos, colores y relaciones espaciales. Todas ellas son muy importantes en su lectura. Su función es la de procesar la información captada por el sistema visual durante la lectura y brindar una interpretación de la misma para obtener una información con la que se da lugar a procesos de aprendizaje y comunicación.

En este área se evalúan las siguientes habilidades visuoperceptuales:

1) discriminación visual: habilidad de reconocer características de distintas formas como tamaño, forma, color y orientación;

2) figura-fondo: habilidad de reconocer una característica o forma específica, manteniendo conciencia de la relación de la forma respecto a una información de fondo;

3) cierre visual: habilidad para estar consciente de pistas en una serie visual que permiten la percepción final, sin necesidad de que todos los detalles estén presentes;

4) constancia de formas: habilidad de identificar las características invariantes de una forma cuando sufren una transformación de tamaño, rotación u orientación.

También se analiza la atención visual y se evalúa en dos tipos de memoria: 1) memoria espacial, con la que se recuerda la localización de un objeto, y 2) memoria visual secuencial, que permite recordar el orden exacto de ítems de una secuencia.

De todas estas habilidades, está demostrado que las que más intervienen en la fluidez y comprensión lectora son: la discriminación visual, el cierre visual, la memoria espacial y la memoria secuencial (influencia de los movimientos oculomotores y las habilidades visuoperceptivas en la eficacia lectora) .

La integración visuomotora es la capacidad de realizar de forma motriz lo percibido por el sistema visual, importante para la ejecución de tareas de coordinación ojo-mano como la escritura, en la que es necesaria una buena coordinación entre los aspectos verbales, visuales y motores . En esta área influye la dominancia ocular y manual, y la relación interhemisférica, que es la rapidez con la que ambos hemisferios cerebrales transfieren información de uno a otro a través del cuerpo calloso que los une. Si la dominancia ocular y manual es cruzada (ojo y mano contraria) y la relación interhemisférica es pobre, tareas de coordinación ojo-mano como la escritura o los deportes de raqueta y/o pelota serán tareas complejas y costosas para el niño o niña .

Figura 6. Dificultadas en tareas de coordinación ojo-mano (Imagen Ver para Crecer)

En la integración visuoauditiva se evalúa la relación entre el sistema auditivo y visual, y si existen diferencias significativas entre la entrada auditiva/visual o la salida oral/escrita. En muchos casos, las habilidades visuales necesarias para una lectura eficaz se encuentran dentro de la norma, pero el niño sigue teniendo problemas de lectura. Recuerde que para una lectura eficaz necesitamos habilidades visuales, auditivas y motoras. Y, en ocasiones, trabajar el procesamiento auditivo y su relación con el sistema visual es la clave para desbloquear una buena eficacia lectora.

Síntomas y tratamiento

Por lo general, algunos de los síntomas más comunes en niños con problemas de habilidades de procesamiento de la información visual son:

  • Presenta problemas para recordar lo que lee. ● Confunde letras o palabras similares. ● Confunde b-d o p-q. ● Invierte letras o números. ● La escritura u otras tareas de coordinación ojo-mano, como pintar, recortar, etc., son deficientes. ● No le gustan los deportes de raqueta o pelota, o no tiene traza. ● Confunde derecha-izquierda con frecuencia. ● Es una criatura “torpe” en general, que tropieza con facilidad. ● Le cuesta seguir instrucciones verbales. ● Es hipersensible a ambientes ruidosos.
Figura 7. Niño hipersensible en ambientes ruidosos (Imagen Ver para Crecer)

Y, por supuesto, en estos casos la única herramienta, a la vez que la más potente para mejorar estas habilidades, es la terapia visual, que promueve el desarrollo de estas habilidades mediante los juegos (figura 8) y retos oportunos para cada caso en particular.

Figura 8. Niños jugando en Tangram para desarrollar habilidades visuoespaciales y de análisis visual (Imagen Ver para Crecer)

Como hemos visto, existen multitud de problemas visuales posibles en la infancia, y una valoración únicamente de la agudeza visual y la graduación queda muy corta para saber si la visión del niño es adecuada y está preparada para un aprendizaje óptimo.

Por ello, insisto en la importancia de evaluar todas las habilidades visuales mencionadas anteriormente para poder detectar y solucionar cualquier problema visual infantil que pueda interferir en el aprendizaje de sus hijos e hijas. El optometrista especializado en terapia visual es, en estos casos, el único profesional cualificado que puede evaluar y tratar todas estas habilidades visuales funcionales.

Nunca olvidemos que: “aprendemos a ver para, posteriormente, ser capaces de ver para aprender“.

¿Y tú? ¿Sabías que todos estos síntomas están relacionados con la visión? ¿Sabías la importancia de realizar una exhaustiva evaluación visual antes de los 6 años? ¿Sabías todo lo que puede ayudar a la visión en el aprendizaje de tu hijo o hija, o interferir con ella? ¿Tienes alguna duda sobre algún punto en concreto? Por favor, hágamelo saber en los comentarios.

Artículo realizado por ÁLVARO GARCÍA DE LA CRUZ Óptico optometrista. Colegiado 22.827 Miembro de la Asociación Catalana de Optometría y Terapia Visual (ACOTV)

Adaptación traducida de la publicación original en castellano del Blog Ver para Crecer


Compártelo en tus Redes Sociales:

Deja una respuesta