OJO DERECHO O OJO IZQUIERDO:¿EXISTE UNA DIFERENCIA DE PROCESAMIENTO VISUAL?

La lateralización funcional se manifiesta en los órganos pares del cuerpo, como las manos, piernas, ojos y entre hemisferios cerebrales. La dominancia ocular fue por primera vez descrita en 1593 como la tendencia de preferir un input de un ojo sobre el otro [Fink; 1,938], y se podría definir como la facultad de que cualquier ojo puede dominar o liderar el otro , en términos de atención, fijación y percepción [Lin, White; 1996].

Ciertos estudios han demostrado un 80% de dominancia ocular diestra, 10% zurda y 10% indefinidas [Walls; 1951], y se ha definido por algunos estudios importante para el control de la lectura [Dunlop, 1992].

Algunas investigaciones han estudiado si existe relación entre la refracción visual y la dominancia ocular, partiendo de la hipótesis de que el ojo dominante juega un rol importante en visión próxima. El estudio de Ching et al, 2004 observaron que el ojo dominante tenía más grado de miopía respecto al no-dominante en casos de anisometropía miópica. Otros estudios, sin embargo, no encontraron ninguna relación entre lateralidad ocular y refracción visual [Audrey et al 2007]. Por otra parte, se han realizado estudios para explicar si hay alguna base neurológica que determine la dominancia ocular. Estos estudios utilizaron la técnica fMRI y mostraron que las personas que son dominantes de ojo-mano diestras, la estimulación monocular del ojo derecho activa un área más grande del córtex visual primario respecto del ojo izquierdo. Esta asimetría no se observó por los observador dominantes ojo-mano zurdas [Rombouts et al, 1996].

Una de las formas de evaluar la dominancia ocular es a través de test de preferencia de mirada. El test de Miles se basa en crear con las 2 manos a la vez un agujero central de 3 cm de diámetro donde el observador debe mirar a través y seleccionar un punto distante, posteriormente ocluir alternadamente los dos ojos se puede determinar el ojo con preferencia de mirada. Este concepto es diferente con el de dominancia ocular a nivel cortical, ya que la preferencia de mirada puede ser causa de hábitos que pueden ser debidos al hecho de mover la cabeza en la dirección del ojo que preferimos mirar a través [Miles; 1928], pero no quitan la importancia de la preferencia ocular cuando estamos leyendo en visión próxima. En un estudio concluyeron que los test para determinar la dominancia ocular a través de la preferencia de mirada depende de factores como la distancia y la actividad en el test [Rice et al, 2008].

Incluso algunos estudios han observado que la presión intraocular en el ojo dominante es mayor que en el ojo no dominante por el hecho de que la estimulación parasimpática es mayor [Dane et al, 2003].

Ciertamente, aunque faltan estudios para concluir si el ojo dominante tiene mejores habilidades atencionales, óculo-motoras o perceptivas respecto el ojo no dominante [Ehrenstein et al, 2005], pero un estudio reciente ha puesto en la mesa una diferencia encontrada entre la ojo dominante y no dominante a nivel funcional, y que pueden explicar los posibles signos observados en personas disléxicas, que justificaría, en un primer término, la evaluación de problemas de lateralidad ocular en dislexias.

Este estudio titulado “Left-right Asymmetry of the Maxwell spot centroides in adultos without and with Dyslexia” y publicado en la revista Proceedings of the Royal Society Biological Science estudió la presencia o ausencia de asimetrías entre el ojo dominante y no dominante a través de la observación de la mancha de Maxwell. La mancha de Maxwell es libre de conos receptores en la longitud de onda corta [azul], que ayuda a disminuir la aberración cromática en la fóvea. Este estudio determinó que existe una diferencia estadística con la post-imagen del ojo dominante y no dominante, el ojo dominante obtiene una mejor imagen retiniana y facilita la rivalidad cortical a través de la comunicación de cuerpo calloso. De manera interesante observaron que las personas diagnosticadas con dislexia tenían una simetría en las manchas de Maxwell y dificultaba el proceso de lectura, incluso explica las dificultades en la diferenciación de letras en espejo [b, d, q, p]. Este estudio es el primero que indica una diferencia anatómica entre el ojo dominante y no dominante.

Figura 1. La asimetria en la manchas de Maxwell disminuye las confusiones en espejo.

Notícies de prensa relacionadas con el estudio:

· Symmetrical Eyes Indicate Dyslexia

http://www.thescientist.com/?articles.view/articleNo/50676/title/Symmetrical-Eyes-Indicate-Dyslexia/

· Dyslexia could be the result of eye spots that confuse the brain finds study

https://www.news-medical.net/news/20171019/Dyslexia-could-be-the-result-of-eye-spots-that-confuse-the-brain-finds-study.aspx

· An asymmetrical view of the world might mean you aren’t dyslexic

https://www.scimex.org/newsfeed/an-asymmetrical-view-of-the-world-might-mean-you-arent-dyslexic

Podéis encontrar el estudio en el siguiente enlace:

http://rspb.royalsocietypublishing.org/content/284/1865/20171380

Referencias

Audrey Chia, Arlie Jaurigue, Gus Gazzard, Yvonne Wang, Donald Tan, Richard A. Stone, Seang Mei Saw. (2007). Ocular Dominance, Laterality, and Refraction in Singaporean Children. Invest. Ophthalmol. Vis. Sci ;48(8):3533-3536.

Ching-Yu Cheng, May-Yung Yen, Hsin-Yi Lin, Wei-Wei Hsia, Wen-Ming Hsu. (2004). Association of Ocular Dominance and Anisometropic Myopia. Invest. Ophthalmol. Vis. Sci ;45(8):2856-2860.

Dane Ş, Gümüştekin K, Yazici AT, Baykal O. (2003). Correlation between hand preference and intraocular pressure from right-and left-eyes in right-and left-handers. Vision research, 43(4), 405-408.

Dunlop P. (1992). Development of dominance in the central binocular field. Br Orthopt J ;49:31–35.

Ehrenstein, WH, Arnold-Schulz-Gahmen BE, Jaschinski W. (2005). Eye preference within the context of binocular functions. Graefe’s Archive for Clinical and Experimental Ophthalmology, 243(9), 926-932.

Fink WH. (1938).The dominant eye: its clinical significance. Arch Ophthalmol ;4:555–582.

Lin SY, White GE. (1996). Mandibular position and head posture as a function of eye dominance. J Clin Pediatr Dent.;20:133–140.

Mapp AP, Ono H, Barbeito R. (2003). What does the dominant eye dominate? A brief and somewhat contentious review. Attention, Perception, & Psychophysics, 65(2), 310-317.

Miles WR. (1928). Ocular dominance: Methods and results. Psychological Bulletin, 25, 155-156.

Porac C, Coren S. (1976). The dominant eye. Psychol Bull. 83:880–8977.

Rice ML, Leske DA, Smestad CE, Holmes JM. (2008). Results of ocular dominance testing depend on assessment method. Journal of American Association for Pediatric Ophthalmology and Strabismus, 12(4), 365-369.

Rombouts, SA, Barkhof F, Sprenger M, Valk J, Scheltens P. (1996). The functional basis of ocular dominance: Functional MRI (fMRI) finding. Neuroscience Letters, 221, 1-4.

Walls GL. (1951). A theory of ocular dominance. Arch Ophthalmol 45: 387–412.

Marc Argilés Sans Diplomado en Óptica y Optometria Máster en Optometría y Ciencias de la Visión Miembro de la ACOTV


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